todos los deseos te odian por acaparador

Es decir: que las bailarinas de la marihuana te envidian y las hipnosis de las serpientes toman tu andar de caderas como punto de referencia. Y un chocolate por la mañana o la tostada de tomate y aceite no tienen nada que hacer contra uno solo de tus besos.
Todas las estrellas fugaces andan hartas de escuchar cada noche tu nombre de buenos días.
Eres famoso entre las velas de cumpleaños y los dientes de león y las pestañas perdidas en las dunas de cualquier mejilla.
Estás en la boca de los sueños de tantos que todavía, cuando no miras, celebro un gol a la vida por haberme tocado, tú, que podías elegir destino y escogiste precisamente el mío.
Vaya potra, dicen mis amigos. El resto solo se caga en mi puta madre o en la tuya, por no poder ponerle carne, sudor y besos a sus fantasías.